Trezenzonio fue un monje gallego que vivió en tiempos de la Monarquía asturiana, y al que la tradición atribuye la proeza de haber podido divisar e incluso visitar una de las islas del Paraíso. El relato del monje Trezenzonio es una fuente del siglo XI que combina la leyenda de Breogán con la de Hércules en una fecha anterior a la redacción de la Estoria de Espanna de Alfonso X el Sabio, lo que demuestra la difusión del mito a partir del conocimiento de las Etimologías de San Isidoro. Sus aventuras fueron recogidas en el Trezenzonii de Solistitionis Insula Magna, un códice medieval redactado en latín en el siglo XI.
Tras haber sido saqueada Galicia por una de las múltiples razzias con que los musulmanes atribularon la región en el siglo VIII, Trezenzonio llega a la región con unas tierras deshabitadas que han quedado vacías tras la invasión árabe. En su camino por la costa, descubre una alta construcción, el Farum Brecantium (la Torre de Hércules en La Coruña en aquel entonces llamada Brigantium).
Subió hasta el último piso y allí dirigió su mirada hacia el mar, donde con ayuda de los primeros rayos del amanecer pudo divisar una lejana isla (en otras versiones, se encuentras con un espejo en el que por tres veces ve la isla), a la que le entran deseos de viajar. Aquella isla era la llamada Gran Isla del Solsticio (Magna Insula Solistitionis), que estaba consagrada a Santa Tecla Decidió navegar hacia aquél lugar y tras desembarcar en la isla arribó a una inmensa pradera, donde destacaba una gran basílica adornada con joyas y piedras preciosas. El clima en aquella isla era delicioso, y había comida en abundancia.
El dolor, el hambre, el miedo y las desgracias eran inexistentes. Permaneció en ella durante siete años, tiempo durante el cual es alimentado por medios sobrenaturales. Pasado ese tiempo, un ángel le ordena emprender el regreso a Galicia pero él se niega. Por haberse resistido a las órdenes divinas sufre el castigo de contraer la lepra, y tuvo que contemplar impotente cómo se pudrían durante el trayecto de regreso las pruebas que sobre la existencia de la Gran Isla del Solsticio había acumulado en la nave.
Ante esta situación, implora el perdón divino y regresa en una barca a Galicia, pero al arribar muy cerca de donde había embarcado se da cuenta de que las circunstancias han cambiado y que el Farum Brecantium está a medio destruir y la ciudad repoblada. Trezenzonio, arrepentido, se dirigió tras su desembarco a la ciudad de Tuy, donde se encontró con Adelfio, obispo de la ciudad.
Este interesante relato tiene ciertos paralelismos con el relato del Leabhar Ghabala. También Ith se encarama a lo alto de la Torre y desde ella ve una isla que decide conquistar, que es Irlanda. Pero esos mismos paralelismos se pueden establecer con la leyenda de Hércules, cuando hace referencia al espejo que se encontraba en la cima de la Torre del que también nos habla la Estoria de Espanna. Hay, por lo tanto, a la altura del siglo XI dos leyendas sobre la Torre: una que vincula su fundación con Breogán y otra con Hércules, que aparecen asimiladas en el relato de Trezenzonio.