El tentirujo es un duende de orejas puntiagudas, vestido de rojo y boina en la cabeza. Vive en las cuencas de los ríos Saja y Besaya.
Se aprovecha de la invisibilidad que le producen los brotes tiernos de mandrágora que siempre lleva consigo para acercarse a las jóvenes obedientes para acariciar a las mozas y volverlas descaradas. Asi, cuando una mozuca se vuelve descarada de la noche a la mañana, se dice: "¡Esa ya tropezó con el Tentirujo!"