Lamia

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[[Archivo:Lamina1.jpg|thumb|130px]]Genio que en el interior de Vizcaya y en la parte alta de Guipúzcoa aparece con figura de mujer, salvo las piernas que son como patas de gallina. En Ceánuri, Orozco y Elanchove se cree que es como una mujer de pequeña estatura que tiene un solo ojo en medio de la frente (Barandiarán). En Yune (Valle de Arratia) dicen que las lamias echan luz por la boca, y en Berriz mantienen que solo tienen un mechón de pelo en la nuca. En la parte costera de Vizcaya aparecen con busto de mujer y cola de pez (C. Baroja, Los vascos). También se las describe con los pies de oca o palmeados.

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Viven en cuevas, remansos de los ríos, manantiales, estanques y pozos y se ocupan en peinarse los cabellos con un peine de oro en una mano y un espejo en la otra, recibiendo el nombre de Bertizarana, como las sirenas más al sur. (C. Baroja. op. cit). Otras se ocupan en hacer la colada, aceptando los regalos de los campesinos, especialmente leche y sidra, que les gusta mucho, ayudándoles luego en sus labores como recompensa o librándolos de las tormentas y del rayo. De ellas se dice que necesitan la ayuda de los humanos para dar a luz y que también que han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes, cromlech y puentes, lo cual las iguala con las mouras gallegas. A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden casarse con ellos, pues no pueden pisar tierra consagrada. En ocasiones tienen hijos con ellos. Otras dicen que no son más que la diosa Mari.

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Suelen ser amables y la única forma de enfurecerlas es robarles sus peines. Cuenta una leyenda que una vez una mujer le robó el peine de oro a una lamia y ésta, enfurecida, trató de maldecirla, pero no lo logró, puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó.

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En el País Vasco son numerosos los topónimos que dejan constancia de la arraigada creencia popular en las lamias. Se parecen a las «xanas» de Asturias, a las «donas d'aigua» catalanas y a las «melusinas» francesas. Reciben también los nombres de «lamiak», «lamiñak» o «laminak», en castellano lamiñas.

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Los vascos tomaron este mito de la mitología romana, que a su vez lo tomó de la mitologia griega, donde Lamia es una joven libia, amante de Zeus, cuyos hijos eran asesinados por la celosa Hera, que además la volvió insomne, transfomándose en un espiritu que raptaba y mataba a los niños ajenos.

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Se conoce la existencia de lamias aragonesas en Boltaña, llamadas Envenenadoras, en Aineto y en la Val d‘Onsera. También existen en Galicia as [[lumia]]s.

==Fuentes==

Cambios: Lamia

Revisión del 09:19 10 jun 2020

Fuentes

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-[[Archivo:Lamina1.jpg|thumb|130px]]Genio que en el interior de Vizcaya y en la parte alta de Guipúzcoa aparece con figura de mujer, salvo las piernas que son como patas de gallina. En Ceánuri, Orozco y Elanchove se cree que es como una mujer de pequeña estatura que tiene un solo ojo en medio de la frente (Barandiarán). En Yune (Valle de Arratia) dicen que las lamias echan luz por la boca, y en Berriz mantienen que solo tienen un mechón de pelo en la nuca. En la parte costera de Vizcaya aparecen con busto de mujer y cola de pez (C. Baroja, Los vascos). También se las describe con los pies de oca o palmeados.
-Viven en cuevas, remansos de los ríos, manantiales, estanques y pozos y se ocupan en peinarse los cabellos con un peine de oro en una mano y un espejo en la otra, recibiendo el nombre de Bertizarana, como las sirenas más al sur. (C. Baroja. op. cit). Otras se ocupan en hacer la colada, aceptando los regalos de los campesinos, especialmente leche y sidra, que les gusta mucho, ayudándoles luego en sus labores como recompensa o librándolos de las tormentas y del rayo. De ellas se dice que necesitan la ayuda de los humanos para dar a luz y que también que han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes, cromlech y puentes, lo cual las iguala con las mouras gallegas. A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden casarse con ellos, pues no pueden pisar tierra consagrada. En ocasiones tienen hijos con ellos. Otras dicen que no son más que la diosa Mari.
-Suelen ser amables y la única forma de enfurecerlas es robarles sus peines. Cuenta una leyenda que una vez una mujer le robó el peine de oro a una lamia y ésta, enfurecida, trató de maldecirla, pero no lo logró, puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó.
-En el País Vasco son numerosos los topónimos que dejan constancia de la arraigada creencia popular en las lamias. Se parecen a las «xanas» de Asturias, a las «donas d'aigua» catalanas y a las «melusinas» francesas. Reciben también los nombres de «lamiak», «lamiñak» o «laminak», en castellano lamiñas.
-Los vascos tomaron este mito de la mitología romana, que a su vez lo tomó de la mitologia griega, donde Lamia es una joven libia, amante de Zeus, cuyos hijos eran asesinados por la celosa Hera, que además la volvió insomne, transfomándose en un espiritu que raptaba y mataba a los niños ajenos.
-Se conoce la existencia de lamias aragonesas en Boltaña, llamadas Envenenadoras, en Aineto y en la Val d‘Onsera. También existen en Galicia as [[lumia]]s.
 ==Fuentes==