Las bruxes son las brujas asturianas. Como reza el dicho "que no hay campaña sin bruja", se intuye que hay una por cada parroquia.[notas 1][1]
Distribución[]
Ayer vi una bruja
en Peñamellera,
que toca una chifla
y el diablu la lleva.
- ~ Canción popular
En el oriente de Asturias, las brujas se reúnen bajo una solitaria encima de Peñamellera, donde bailan al son de una chifla y celebran abominables misterios en el conventículo preparatorio. Todo en presencia del diablo en forma de macho cabrío que, cuando cabalgan sus escobas, las dirige al aquelarre en Sevilla.[1]
En el poniente asturiano, se reúnen en Veiga del Palo durante la noche del 30 de abril para celebrar una gran fiesta. Para volar, se colocan sobre el llar, es decir, la cadena suspendida del cañón de la chimenea que se usaba para colgar la caldera. Tras desnudarse, se untaban completamente con un ungüento que ocultaban en la fornica bajo una baldosa. Entonces dicen antes de salir por la chimenea:[1]
Por encima de ríos,
por encima de escayos.
por encima de montes
con todos los diablos.
- ~ Fórmula en Caravia
Por encima de artos,
por encima de carbayos
a la Veiga del Palo
con todos los diablos.
- ~ Fórmula de Pola de Allande
En una relato, una vecina de una bruja, espió el ritual por un agujero en la pared, pero cuando lo repitió, dijo "por debajo" en vez de "por encima" y fue de cabeza a los matorrales. Volvió al amanecer magullada y llena de espinas.[1]
Poderes[]
Por la noche chupa la sangre de las personas jóvenes mientras duermen.[1]
Mal de ojo o aojamiento[]
Con solo su mirada, puede perjudicar a otra persona. Según Marcelino Menéndez Pelayo, probablemente sea una creencia de origen latino. Si le echa un mal de ojo a una vaca, dará sangre en vez de leche. Si maldice a un niño, enfermará.[1]
Anxelin hermosu,
Vixu de to ma.
Que penes i dieres
Si Dios te llevas!
¡Probiquín! iQue tienes?
Qué te fexo mal...?
cSi lu agueyará
La vieya Rosenda
Del otru Ilugar?
Desque allá na cuerra,
Lu diera a besar,
Poqueñin y a pocu
Morriéndose va ;
Dcilgún maleticiu
La maldita i fai
Que diz q'a Sevilla
Los sábados va,
Y q'anda de noche
Por todu el Ikigar
Chupando los ñeños
Que gordos están.
cSi el miu la bruxa
También chupará?
Temólo en conciencia
Temólo en verdad...
- ~ El niño enfermo -José Caveda y Nava
Se considera que el poder de aojar está en uno solo de los ojos, no siendo una habilidad innata ni tampoco exclusiva de las mujeres.[1]
Combatir el mal de ojo[]
Para levantar el maleficio, se debe obligar a la bruja a decir al niño "Que dios te bendiga" y a la vaca "San Antonio te guarde". Si no colabora, debe ser un cura el que los bendiga.[1]
La desaojera, una mujer que libera del mal de ojo, quitaría esta maldición a los niños haciendo pasar agua por un alicornio, es decir, un disco de asta de ciervo y una copa de hueso de unicornio, mientras reza el credo. Al decir "su único hijo", derrama agua en el disco, que tiene un orificio por el que el agua burbujea. Esto indicaría que el niño tiene mal de ojo. Las burbujas se interpretan como los ojos de la bruja, quemándolas con gotas de agua pasada por las baldosas del llar calentadas al rojo vivo. Con el borde de la copa del alicornio se podían trazar varias cruces antes de echar el agua en una vasija. Cuando el niño bebe de esta vasija, se consideraría que estaría sanado.[1]
En Oviedo, las desaojaderas dicen al introducir el disco en el agua:[1]
Dos ojos te vieron
y un corazón malo.
Dios te bendiga
y el Espíritu Santo.
- ~ '
En el concejo de Ibias, cualquier persona puede curar el mal de ojo, pero debe persignarse al pie del llar y echar gallinaza, pimiento picante y hojas de laurel en el fuego. Cuando ardiera, debía pasar al niño por encima tres veces, trazando tres cruces en el aire.[1]
José Caveda y Nava, cuyo poema El niño enfermo se mencionó antes, citó otros remedios:[1]
Mañana sin falta
(Si e que llego allá) ,
Con agua bendita
Lu tengo asperxar
Y ponei la cigua
Antes de mamar,
Y dai pan bendito
Mezclau al papar,
Y de San Benito
Se i ha de colgar.
La regla que fora
Del padre Bastían...
- ~ José Caveda y Nava
Notas[]
- ↑ Se dice que para evitar que las brujas salgan de la iglesia, el sacerdote debe dejar el misal abierto al acabar la eucaristía.
Referencias[]
- ↑ 1,00 1,01 1,02 1,03 1,04 1,05 1,06 1,07 1,08 1,09 1,10 1,11 del Llano, Aurelio (1922). Del folklore asturiano: mitos, supersticiones, costumbres. Consultado el 10 de junio de 2017.
- ↑ González Reguera, Antonio; Balvidares, Antonio; Fernández, Bruno; Bernardo de Quirós y Benavides, Francisco Antonio (1839). «El niño enfermo», Colección de poesías en dialecto asturiano (en Bable), Oviedo: Benito González y Compañía.